Tren Parlamentario // Vicente Bello

Ciudad de México; 11 de agosto de 2020.- Recurrentes son en las conversaciones periodísticas diarias con el presidente de la República el tema de Genaro García Luna preso en Nueva York por narcotraficante y el de Emilio Lozoya detenido en México bajo la figura de testigo colaborador por corrupción. Pero, estos asuntos, pasan de noche en los territorios del Congreso de la Unión. Diputados y senadores –la mayoría hijos de aquel viejo régimen- han optado por hacerse los desentendidos y se pierden gustosos en las ramas de los árboles para no mirar el bosque.  

De todo lo que Andrés Manuel López Obrador ha dicho ayer, en su conferencia mañanera, nada absolutamente dijeron el resto del día ni en la Cámara de Diputados ni en la de Senadores. Están empecinados en ser unos contrapesos fallidos. Ni para criticar ni para apoyar suelen decir nada sobre lo que afirma y declara el presidente de la República.

Dijo AMLO, cuando un reportero preguntó su opinión sobre la Cárdenas palomino y Ramón Pequeño, dos mascafierros de Genaro García Luna que acaban de ser mencionados por un juez de Nueva York en el juicio contra el que fuera el secretario de Seguridad Pública de Felipe Calderón Hinojosa:

“Aclaro dos cosas”, respondió López Obrador. “Primero, no hay impunidad. No se protege a nadie. Aunque hay autonomía y se respeta la independencia de la FGR no nos quedamos callados cuando se trata de dar privilegios o impunidad a presuntos delincuentes. De modo que no hay nada que temer.

“En este caso, en esta investigación el señor García Luna, aparte de lo que se hace en EU, donde se le está juzgando, también en México hay expedientes abiertos. Y lo mismo del señor Cárdenas Palomino y del señor Pequeño, los dos, la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda presentó denuncias oportunas sobre estas dos personas, de modo que está abierto el proceso, y si quedan funcionarios de ese grupo, en el actual gobierno, en lo que corresponde al Ejecutivo, la instrucción es que no se proteja a nadie.

“Considero que va a suceder lo mismo en el caso de la Fiscalía, porque le tengo confianza al fiscal, Alejandro Gertz Manero. Es un hombre recto, íntegro. No va a ser tapadera, no va a proteger a nadie. Ya pasó el tiempo en que sólo se juzgaba a quienes no tenían agarraderas, influencia. Ahora se castiga por parejo a quienes cometen delitos. Es muy importante la colaboración de Anabel Hernández, de periodistas, y es muy importante para que se siga denunciando, que siga haciendo público si no se actúa y si se ve que hay desviaciones, si se  observa que no se está aplicando la ley.

“Qué bien que estas periodistas, en el caso especial de Anabel, que ha arriesgado hasta su vida, sigue ayudando, informando, denunciando. Y ojalá también denunciaran otros periodistas, porque,  hablando en plata, son muy pocos los que denuncian. La mayoría se queda callado, porque conocieron estos personajes. Tuvieron incluso hasta relación con ellos, Hay periodistas famosos actualmente que los defienden, y no es el caso de Anabel y de otros.

“No va a haber impunidad. Se va a castigar a todos los responsables. El secretario de Seguridad Pública, Alfonso Durazo, dio instrucciones desde hace meses, que no se permita que trabajen en el actual gobierno personas que se hayan desempeñado durante el tiempo en que García Luna fue secretario de Seguridad Pública, porque es un asunto realmente vergonzoso, el que actuara como secretario de Seguridad Pública del gobierno federal y al mismo tiempo protegiera a una de las bandas del crimen organizado, como está quedando de manifiesto.

“Imagínense en qué situación estaba el país. Llegó a hablarse de un narco Estado. Y yo, sinceramente, en ese entonces pensaba que no  era correcto clasificar (así) a los mexicanos. Pero luego, con todo esto que está saliendo a relucir, pues sí, se puede hablar de un narco-Estado. Porque estaba tomado el gobierno.

“Quienes tenían a su cargo combatir a la delincuencia estaban al servicio de la delincuencia. Mandaba la delincuencia. La delincuencia, era la que decidía a quién perseguir y a quién proteger.

“Sí. Esto tiene que atenderse para que no se repita nunca, jamás. Tiene que haber una línea divisoria. Una frontera entre autoridad y delincuencia. No mezclarse, que no haya contubernio, porque entonces quedamos desprotegidos todos. Quedamos en estado de indefensión; quedamos en manos de la delincuencia.

Es un asunto que debe seguirse tratando, sin miramientos, sin protección a nadie, sin impunidad.

“La corrupción tiene dos casos emblemáticos: la corrupción de delincuentes de cuello blanco, que es el caso de Lozoya. De cómo se involucra un político. Funcionarios, consejeros supuestamente independientes, particulares, empresarios, legisladores de varios partidos. Este es un tema que se tiene que indagar, ir al fondo.

“Yo creo que fue bueno lo que hizo la Fiscalía de otorgarle al señor Lozoya el beneficio de ser testigo colaborador. Porque eso permite que él dé a conocer, como actor principal de toda esta rapiña, cómo fue que se repartieron el pastel y quiénes participaron; eso tiene que conocerse.

“El otro asunto, de corrupción y de delincuencia, tiene que ver con el crimen organizado, con la llamada delincuencia organizada, es el caso de García Luna. Las dos, muy graves.

“En mi opinión, es importante que se conozca toda la verdad. Porque es enseñanza. Porque es estigmatizar la corrupción, que antes  se veía como algo normal. Y era el peor de los males, los que robaban ni siquiera perdían su respetabilidad”.

11/08/2020