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Cuando PAN y PRI prostituyeron el Congreso, vendiendo sus votos para leyes a modo


Tren Parlamentario

Vicente Bello

La Comisión Permanente debatió ayer sobre la situación política del país y el discurso se bifurcó otra vez en los que defienden el trabajo del gobierno de Andrés Manuel López Obrador y en los que lo atacan a ultranza.  Podría decirse, con odio, como la guanajuatense Kenia López Rabadán, senadora del PAN, quien decía:  

“El partido oficial de Morena ha perdido la mayoría absoluta, ya no tendrá por sí solo la mitad más uno de los votos.

“Cuando se trate de destruir, no cuenten con nosotros. Desde este momento le digo al presidente de la República que su iniciativa para militarizar al país no pasará.

“Su propuesta de trasladar la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional no obtendrá los votos que requiere para tal atrocidad.

“Este gobierno ha mostrado su cara más cruel e inhumana con quienes menos pueden defenderse, las niñas y los niños con cáncer”.

Mucho veneno la de la senadora panista. Algo no le había gustado de lo que, horas antes, en la mañanera, había dicho el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, cuando habló de los legisladores corruptos de México:

“Los legisladores son representantes del pueblo. No representan a los partidos aunque los postulen los partidos. Y, de acuerdo al partido al que pertenecen, ellos asumen o se identifican con un proyecto de nación.

“Cuando un ciudadano vota, lo hace por el candidato, por el partido y por el proyecto de nación. Los legisladores  son libres, no se les puede prohibir que cambien; pero sí lo recomendable es que actúen de manera consecuente a lo que  ofrecieron durante la campaña. Que se mantengan fieles al pueblo.

“Inclusive, que pongan por delante el interés del pueblo y la nación. Por muy legítimos que sean sus intereses personales o partidistas, siempre tienen que poner por delante el interés de la nación.

“Se ha avanzado. Ya no es el Poder Legislativo de antes. A veces hay que estarlo recordando, porque a nuestros adversarios se les olvida lo que no les gusta recordar.

“Antes, el Congreso era un tianguis. Ahí se comerciaba todo. Se intercambiaba todo. Se conseguían los votos con dinero. Se compraban los votos. Está demostrado que en el caso de las reformas estructurales se pagó a los legisladores. No a todos; pero está abierto el juicio de cómo lograron votos para que se aprobara la reforma energética.

“Imagínense que el propio ahora ex director de Pemex (Emilio Lozoya) haya declarado formalmente en la Fiscalía de que entregaban sobornos  a legisladores (del PAN) para que se aprobara la reforma energética.

“Y eso es una parte, porque habían partidas de moches. Cada vez que se iba aprobar el presupuesto, maiceaban. En vísperas de la aprobación del presupuesto, a finales de año, ponían carpas y traían de los estados, comida y bebida para atender a los diputados para agraciarlos y obtener los votos.

“Hace poco. No estoy hablando de hace una década, dos o tres. No. No. No. Hace cinco o seis años. A cada diputado le asignaban un presupuesto, para que lo repartiera.

“Eran… moches. Eso, ya no se da desde que inició el nuevo gobierno. Los diputados que están por terminar no llevaron a cabo esa práctica. Se acabó. Y los senadores tampoco. Se envía el presupuesto, que tiene que ver con las necesidades del pueblo, y se discute y se aprueba, pero no se les da nada a cambio para que voten. Eso ya se terminó. Porque no es función de los diputados manejar presupuesto.

“La función de los diputados y legisladores es legislar. Quien ejecuta es, como su nombre lo indica, el Poder Ejecutivo.  Pero para tener el control del Congreso y modificar la Constitución y las leyes al antojo de los saqueadores, que fue lo que hicieron por más de 30 años. La Constitución la adaptaron para saquear. Se legalizó el robo.  Por eso la reforma al artículo 27, y todas las reformas que hicieron para aplicar las llamadas reformas estructurales.

“Eso ya no sucede. Y quien traiciona, pues le va muy mal. Porque antes hasta se veía normal. Hasta se les aplaudía. Ahora no. Ahora es una vergüenza. Antes era: ‘el que no tranza no avanza’. Ahora es distinto y ya no hay simulación.

“Nada de que yo soy liberal, yo soy demócrata, yo soy de izquierda. Y en la práctica se actúa como conservador, reaccionario, clasista, racista.  Estamos viviendo momentos estelares. Es una transformación importantísima para el país. Pero hay que estarlo subrayando. Porque en el caso del Congreso se puede pensar que así era siempre.

No. No era así. Ahí se… billeteaba. Y, además, los gastos excesivos en todo. Viáticos. Cada diputados o diputada, dos, tres, cuatro, cinco, hasta diez asesores. Y boletos de avión, y no viajaban en clase comercial. Iban adelante, como machuchones. Y si tenían que ir a un estado para llevar a cabo una reunión, pues estaban los aviones del gobierno.  

“En una ocasión llamaron a un legislador de gran nivel, o de altura, que acompañara a otro funcionario de gran nivel, de bastante altura, a jugar golf. Y le mandaron un helicóptero al campo de golf.    

“Pero esto no fue en el siglo pasado. Eso fue reciente. Nada más que… silencio de los medios de información convencional. (Estos) andan viendo si traigo boleados los zapatos o cuánto papel sanitario se consume en la presidencia.  

“Debemos celebrarlo. Porque la verdad, es algo inédito. Es una etapa nueva en la vida pública del país”.

 

17/06/2021